Eso sí, hay siempre y en todo momento que procurar no excederse en la práctica de ejercicio físico
El seductor no insiste. Arroja los dardos y espera. Imagina, inventa un espacio, juega en el suspense. Disfruta en ese instante de desconcierto. Convierte la seducción en intensidad y espera calmado a que respondan los signos.