Con una de mis miradas te invitaré tenuemente a que me lleves a la cama y me hagas tuya
Pero incluso con toda esta evolución relacionada con el sexo, seguimos reprobando el conocido cuerno, que ponen nuestros amados, lo que una vez más nos lleva de forma fácil a acabar inmediatamente con nuestra pareja; normalmente con mucho resentimiento, mismo que no podemos sencillamente olvidar o bien superar.