Si tratamos de mitigar dicho problema generando Romance estamos cometiendo una especie de suicidio al arrojarnos a la categoría ocupada por la mayoría de los hombres. Nos estamos transformando en uno más, en el próximo Frusco de la noche.
La mujer debe desaprender el control que le fue enseñado para guardar su virginidad, debe enterrar la vergüenza y estar presta a probar sensualmente con su cuerpo y el de su pareja, para vivir en forma agradable su intimidad.
Evitan cualquier cosa que les pueda afectar la imagen que desean proyectar… por servirnos de un ejemplo si su hijo hace un escándalo en un supermercado le afirman algo como ¿qué estará pensando la gente de ti ahora? en vez de levantar la voz e imponerle reglas de conducta.
Contacta con Patricia y siéntete acompañado por una novia tan cariñosa como apasionada. Entre los brazos de Patricia te vas a olvidar de todo. Nadie como Patricia para conocer el significado exacto de la palabra placer.
¿Has visto alguna vez como la gente huye del que no cumple su palabra, o bien de qué forma reacciona una mujer frente a un hombre que no respeta su palabra? ¿Has sentido que los hombres exitosos, en todos los sentidos, son hombres de palabra?
Mas nos referimos a todo. Esto es, a tu aspecto físico y… ¡a aquello que puedes comunicar con tu cuerpo a todos los niveles! Y, por supuesto, a aquello que puede ser percibido con todos los sentidos. Como ya sabes, estos son la vista, el oído, el olfato, el tacto e incluso el sabor.
El hombre se recuesta en la cama con el trasero levantado y las rodillas y las piernas cara atrás en una postura de ciclismo. Su compañero se maniobra sobre su asiento mientras que guía su pene erecto dentro de ella. Sus pies y piernas pueden hacer que este paseo sea tan accidentado como desee.
El seductor no insiste. Arroja los dardos y espera. Imagina, inventa un espacio, juega en el suspense. Disfruta en ese instante de desconcierto. Convierte la seducción en intensidad y espera calmado a que respondan los signos.
No hay hombre que no le tenga temor a la fiera, perdón, a su mujer. Los hombres somos como pequeños buscando hacer travesuras todo el tiempo, escondiéndose de su madre o bien de la profesora. Más o menos de esta forma seguimos siendo de adultos escondiéndonos de nuestra mujer.
En algún momento cara el final de la fiesta salí al balcón para respirar unos cuantos tragos de aire limpio. Desde ahí se veía el cuarto donde nos dejamos los abrigos. Al lado de ellos, sobre la cama, Celeste se estaba besando con Víctor.
