La actitud incorrecta de muchos hombres que estiman que su obligación en el acto sexual es la de tener 2 o tres clímax, para de esta forma probar a su compañera de intimidad una potencia sexual extraordinaria.
Piensa en besar en varias etapas diferentes. Primero, está el enfoque. Entonces está el encuentro y descubrimiento de tus labios y bocas. Después de esto es la acumulación apasionada. Y, por último, está el final del beso.
No olvidemos que la sexualidad no es sólo, como diría María Luisa Lerer,la sexogenitalidad y ahora más que nunca una mujer necesitará sentirse aceptada como una persona y no como un mero aparato genital.
Ahora te voy a contar un poco sobre el autor de estos patrones y te daré también los 50 patrones hipnóticos de Milton Erickson, para que puedas tener una noción y los puedas aplicar a tus experiencias de comunicación a fin de que la puedas ir convirtiendo y crear estados convenientes en las mujeres.
Bueno, exclama, ha sido excelente hablar contigo. Veo a un viejo amigo allí. Ashley se levanta del taburete y, moviendo las caderas, se aproxima al tipo guapo que se ha apoyado contra la pared, se metió los pulgares en los bolsillos y le sonrió.
Podemos conseguir momentos de Satori, pequeños Samadhi en la vida normal, y sin duda, con algún tiempo de trabajo profundo alcanzar verdaderos instantes de intenso éxtasis, hasta que en algún momento se da de modo natural la gran experiencia.
Borja era vecino mío. Tenía un pene de dimensiones descomunales que manejaba cuidadosamente. Su piel era tostada y su acento sureño puso música a ciertas de mis noches. Cuando su novia se quedó embarazada, concluimos con nuestra relación.
Me quedé inclinado sobre el caballo cuando escuché al cliente cerrar la puerta de la pequeña habitación. Sus pasos se aproximaron, mas me quedé de forma perfecta inmóvil. Presionó suavemente contra la lona de lana de mi falda de colegiala gris y movió sus manos alrededor, inspeccionando mis activos.
Aunque la técnica empleada en esta modalidad fue considerada menos eficiente que la medicina occidental, no fue considerada perjudicial para los pacientes y estos, por tradición, estaban más habituados a ella que a los nuevos métodos.
Entre los masajes que se impartían en la historia antigua, estaba el masaje de la vulva, el cual tenía como fin alentar eróticamente a las mujeres para ocasionar el orgasmo. Esta técnica se empleaba como medida terapéutica o bien tratamiento ayudar para curar la histeria en las mujeres.
