Y bien cierto es que se atraen: si observamos la naturaleza, descubrimos que existe una única actividad que se desarrolla con auténtico entusiasmo: la continua renovación a través del sexo. Ahora bien, desde cierto punto de vista evolutivo, este es un invento relativamente reciente.
Mas los ciudadanos que no podían permitirse adquirir uno de estos adminículos, no tenían que resignarse pues las tiendas de la ciudad de Londres, famosas universalmente por sus espectaculares rebajas, pronto empezaron a venderlos utilizados, bien lavados, en sus es de Ocasiones y Gangas.
Es justo ahí donde decidí contratar a una terapeuta para parejas, muy costosa por cierto, estaba ofuscado por hacer que reconociese su fallo y reconociese que me estaba siendo infiel… necesitaba una juez que la dictaminara culpable! Que lejos de la realidad me hallaba.
Las prendas no han de ser ni muy sueltas ni muy ajustadas que deformen su cuerpo. Si utiliza una pollera corta, en el torso use ropa más larga, y a la inversa, si desea lucir más su de arriba use un pantalón largo o una pollera más larga.
Hola mi nombre es Sirena y soy una espectacular latina. Poseo un cuerpo de infarto, excitantes curvas, unos pechos desprendidos que esperan tus caricias. En la amedrentad, soy una amante liberal que disfruta del buen sexo y que está presta a transformar todas tus fantasías realmente.
En la P.N.L. es posible producir anclas predeterminadas para desencadenar ciertos estados, mas con una diferencia: ahora somos lo que elegimos las anclas y elegimos los estados que deseamos producir.
¿Desea esto decir que el manual no puede ayudarte si precisas improvisar? Nada más lejos de ello. Pues, al enseñarte los principios más esenciales del juego, te indica en qué dirección debes hacerlo.
Me siento a ver la T.V. cuando deseo apagar mi cerebro. No me interesa proseguir pensando y mi mejor opción es encender la TV. Esta es una de mis actividades favoritas. Puedo permanecer horas ahí sentado y dejar que la eternidad pase sin inmutarme.
El término zona erógena fue acuñado a finales del siglo XIX. Se popularizó a inicios del siglo veinte por sicólogos que lo utilizaron para describir de qué forma la presión, cuando se aplicaba a ciertas áreas del cuerpo, era capaz de producir un clímax en lo que luego se definía como personas histéricas.
En mi recién estrenado estado voluntario de celibato (nada casto), el hacer uso de mi condición de ser sexuado sin necesidad de un (a) pelmazo/a era una bendición. Por eso desabroché el botón de mi tejano y deslicé los dedos bajo el tanga. Como otras veces habían hecho otros.
