Y en el momento en que te hayas conocido un poco, prueba la vibración
¡Literalmente me pensé siendo su novio! Me pensé dueño de su corazón, no como un pretendiente más en su lista. No tenía nada qué perder, mas sí mucho qué ganar. Lo único a favor mío era la capacidad de saber lo que deseaba, y la determinación de mantenerme fiel a mi deseo hasta haberlo realizado.